Historia del Colegio

Estamos rondando los años veinte cuando una señora piadosa, Dª Antolina Gregorio, viendo las grandes necesidades educativas de la ciudad del Jerte, concibe la idea, por lo demás altruista, de fundar unas escuelas para niños pobres.

La inminente muerte troncharía sus ilusiones. Pero la Providencia tenía sus planes bien trazados y se serviría de su hija Doña Teresa Delgado Gregorio para llevar a feliz término tan feliz institución.

La cosa no era tan fácil. Fueron muchos los contactos de Dª Teresa pulsando el carisma de varias congregaciones religiosas. Por fin la Providencia entró en juego de nuevo y esta vez por los consejos de D. José María Delgado Galindo, sobrino de Dª Teresa y Antiguo Alumno de la Salle. Él aconsejó por su experiencia propia y este consejo sería definitivo para la incertidumbre de esa gran mujer. Desde el primer momento los Hermanos y ella congeniaron y llegaron a un acuerdo en lo que tenía que ser la futura escuela de Plasencia.

Un año después de esto, el 2 de septiembre de 1.955 se comenzaban las obras.

Tanto las obras como los primeros años de funcionamiento fueron difíciles y supusieron un gran sacrificio y muchas penalidades para los Hermanos y escolares. Y a pesar de todo, de estos años son las mayores realizaciones que darían al Centro La Salle – Guadalupe de Plasencia la carta magna de foco radiante de educación y cultura en la ciudad del Jerte.

Estos fueron también los años que demostraron el gran fondo de alma de la fundadora que se hacía presente en su iniciante obra para dar aliento y suavizar el terrible cotidiano de la escuela.

En el mes de Septiembre de 1.956 llegaban los primeros hermanos cuyos nombres son: Luis Sierra, Juan Alonso (Ildefonso), Manuel Rodríguez y José Pereda (Ángel). Venían en calidad de fundadores y no defraudaron lo más mínimo. El día 20 y 21 se seleccionaron 150 niños de entre los 500 presentados que dan la idea de las necesidades escolares de entonces.

Hay algo que hay que resaltar como justificante de la floreciente obra y la ilusión de los escolares por su Colegio: El trato que nos dan en La Salle es diferente al que se daba en las otras escuelas. Los Hermanos son amigos, cercanos, respetuosos para con los niños, ilusionados con su vocación de enseñantes, entregados las 12 horas del día, religiosos por todos los poros, ejemplares en su conducta,… Son y viven como Hermanos. Entre las cosas que dejaron una impronta en sus alumnos destacaremos la que ellos mismos nos enuncian: El recuerdo cada media hora de la presencia de Dios, las Comuniones, las clases participativas, la distribución de responsabilidades en el aula, los deportes bien organizados, los movimientos apostólicos, el festival en la plaza de toros, el trabajo  de allanamiento del patio, la música, el teatro… Más todo esto no serviría de nada si los que los siguieron no hubieran continuado con el mismo fervor cristiano y el mismo carisma educacional.

Desde entonces hasta hoy, alumnos, educadores, muchas familias y un sinfín de actividades que denotan ser La Salle Guadalupe un Centro cultural y educativo de primera línea en la ciudad de Plasencia.

Desde hace más de 50 años, el Colegio La Salle Nuestra Señora de Guadalupe encarna el carisma educativo de San Juan Bautista de la Salle. Su oferta educativa se basa en el Carácter Propio de los Centros “La Salle” y en la legislación actual y se lleva a cabo en función de la realidad concreta a la que sirve.